1. Ofrece una rápida pérdida de peso. El ganar 5, 10, 20 kg de peso corporal (tejido adiposo) toma un largo tiempo (meses o incluso años) por lo tanto el proceso para perder ese exceso debe ser también lento y estable. Las “dietas” que ofrecen una rápida pérdida de peso generalmente son muy restrictivas lo cual puede llevar a deficiencias nutrimentales y a largo plazo a presentar el “efecto rebote”.
2. No requiere de hacer ejercicio. La realidad es que, el ejercicio no sólo te hace más fuerte y saludable, sino que también ayuda a gastar energía (es decir, calorías). Las dietas “sin ejercicio” son muy bajas en calorías, limitando los nutrimentos y pueden afectar tu estado de ánimo y tus niveles de energía. Hacer ejercicio por lo menos 2.5 horas a la semana ayudarán a perder peso además de dar múltiples beneficios a la salud.
3. La dieta evita grupos completos de alimentos. La realidad es que combinar grupos de alimentos nos ayuda a tener una dieta saludable y equilibrada, favoreciendo que tengamos los nutrimentos que requerimos de diferentes fuentes. Al eliminar o evitar un grupo de alimentos, habrá un desequilibrio nutrimental. Por ejemplo, si evitas alimentos con hidratos de carbono (cereales, por ejemplo) también estarás evitando consumir vitaminas del complejo B y fibra. Un plan de alimentación debe incluir TODOS los grupos de alimentos.
4. Recomienda “ayunos” o “détox”. El cuerpo humano tiene la capacidad de eliminar productos de desecho y toxinas. El “Détox” es un mito creado por la mercadotecnia ya que nuestro organismo es naturalmente eficiente para remover sustancias no deseadas. En el caso de las dietas que promueven los ayunos, el peso que se pierde es principalmente agua, no grasa que al momento de volver a comer normalmente, se recuperará.
Recuerda que lo recomendable es que consultes a tu nutriólogo(a) que podrá realizar diversas evaluaciones (composición corporal, bioquímicas, clínicas, dietéticas) para diseñar un plan de alimentación justo a tu medida.
Redactado por: Nidia Rodríguez, Ph.D.